En el año 1932 la zona sufrió una conmoción, era una apacible mañana de junio y la tierra comenzó a temblar, apareciendo una ola de más de 30 metros de altura empujando hacia su interior una zona costera de 100 metros, dejando todo destrozado e incomunicado. Afortunadamente, nunca más apareció un acontecimiento de estas características, lo que le brinda mucha tranquilidad a las personas que todos los días arriban al lugar para disfrutar de su clima y de su fina arena.
En la actualidad, quienes visiten la ciudad contarán con numerosos alojamientos, restaurantes y varias tiendas de artesanías. A la orilla de la playa se encuentran diferentes sombrillas para descansar y tomar un rico trago.
La ciudad cuenta con un estilo muy especial, brindándote la posibilidad de relajarte, la población es sencilla. En la zona podrás visitar las grandes salinas, y su Museo de la Sal, un lugar donde te explicarán el proceso de este mineral. Cuyutlán fue uno de los proveedores de sal para las minas de plata de Guanajuato. En la actualidad aún continúan produciendo sal.
Si te gusta la naturaleza, a 4 kilómetros de la ciudad encontrarás el Centro Ecológico El Tortugario, un sitio que se dedica al estudio, la protección y la conservación de varias especies de tortugas marinas. Antes de ir deberás solicitar permiso, pero vale la pena el esfuerzo.
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