A partir del año 1750 se fue dejando de lado la arquitectura colonial para dar paso a un estilo más barroco que se originó en Italia y fue importadao a Cuba mediante España. En ese momento, el barroco cubano se fue volviendo un barroco europeo mucho más simple. Muchas piezas de las casas fueron esculpidas en piedras caliza dura que se extraían en las canteras de San Lázaro.
A comienzos del siglo XIX la arquitectura comenzó a tener influencia francesa. Después de una gran rebelión de esclavos en la colonia francesa de Saint Domingue, actualmente Haití, en 1791, muchos propietarios se escaparon a Cuba. Al ir asentándose se fueron construyendo casas y empleando técnicas arquitectónicas neoclásicas que estaban de moda en Francia en ese momento. En 1819 se fundó al sur de Cuba la ciudad de Cienfuegos, primera colonia francesa en la isla. Se podían ver casas con elegantes líneas y muy bien decoradas, la mayoría de las cuales eran pintadas en tono pastel.
Dentro de este estilo arquitectónico, el edificio más emblemático es el Teatro Tomás Terry en la Avenida 56, aún se pueden ver frescos y mosaicos de oro de hoja.
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