

La historia del lugar se remonta a cinco siglos, comenzando en 1502 cuando Cristóbal Colón llegó al lugar otorgándole el nombre de Santa María a la isla, que hoy es propiedad de Goldeneye. En ese momento la zona se encontraba habitada por indígenas de la tribu Arawak.
Al llegar los españoles crearon un pequeño asentamiento en un sitio que denominaron Oracabeza o ‘cabeza de oro’. El lugar fue colonia española hasta que en el año 1655 los británicos ingresaron al territorio.
Por dos siglos el lugar era una pequeña comunidad agrícola, cuyo principal cultivo era el banano, controlado por terratenientes británicos. Con la llegada del obispo Phillippo en el año 1834 la vida del lugar cambió, se dedicó a la construcción de la iglesia en Oracabessa.
En el año 1910 la hija de uno de los hombres más ricos de Estados Unidos, Ruth Bryan Owen, se interesó por la historia de Phillippo y la obra que estaba realizando en el lugar así que decidió continuar con ella. Para poder realizarla convenció a su marido para trasladarse al lugar.
Owen ayudó a los locales a desarrollar sus habilidades, generando reconocidos artesanos, pintores y escultores.
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