Trinidad de Cuba, un refugio para los sentidos

15 diciembre 2010 | Por admin

Trinidad de Cuba parece una ciudad anclada en el tiempo. Una ciudad-museo que cuenta con fantásticos parajes tanto de playa como de montaña. Trinidad fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, en 1988, lo que la confirma como un destino digno de ser disfrutado con calma.

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Por sus calles se respira el ambiente colonial de otras épocas, sus edificios de notable influencia neoclásica y barroca, sus calles empedradas y la gran cantidad de tradiciones que corren de boca en boca hacen de Trinidad un lugar mágico y lleno de encanto. La Villa de la Santísima Trinidad de Cuba, este es su nombre completo, fue fundada en el siglo XVI. Su atractivo natural se esconde en la reserva natural y arqueológica del Valle de los Ingenios, donde se mezclan mar y montaña. Trinidad es una de las más ricas zonas montañosas de Cuba;  el Kurhotel y SPA Topes de Collantes te dan el cobijo perfecto si quieres descansar en plena naturaleza. Otro punto de interés de la isla es el puerto de Casilda que dio refugio a piratas y corsarios.  Tampoco debéis dejar de visitar las playas paradisíacas de Ancón y María Aguilar, o al Salto de Caburní, en la zona montañosa de Topes de Collantes; todos ellos rincones cargados de una especial belleza. Para conocer Trinidad nada mejor que comenzar desde el mismo centro, desde la denominada Plaza Mayor. En medio de un ambiente colonial, se puede observar una Villa con numerosas y bien conservadas obras de arquitectura, tanto privadas como públicas y religiosas, además de balaustradas de madera, enrejados y decoraciones elaboradas artesanalmente. La mayoría de las casas cuentan con un bonito patio interior, sus techos están cubiertos por tejas rojas y en algunas de ellas se pueden admirar artísticos retazos elaborados con arcilla, y barro, además podréis disfrutar con los ritmos y danzas afrocubanos en cualquiera de sus esquinas. Puntos de interés a visitar dentro del casco histórico: el Museo Romántico, llamada la antigua casa del Conde de Brunet, los museos Arqueológico, de Arquitectura, el de la Lucha Contra Bandidos o el de Ciencias Naturales Alejandro de Humboldt. También son de interés los edificios de la Plaza de los Artesanos, la Casa de la Cultura y la antigua Cárcel Real o la simbólica Torre Manaca-Iznaga, desde donde se domina el Valle de los Ingenios. En sus restaurantes podéis disfrutar de la rica cocina cubana basada en pescados, mariscos y carne de ave. Después unas copas en La Canchánchara, un establecimiento donde se sirve una bebida tradicional de igual nombre que se prepara a base de aguardiente, miel y limón, para terminar de la mejor forma posible una agotadora jornada turística. Imagen sujeta a licencia CC de Hoyasmeg

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